En un mundo inmobiliario cada vez más innovador y donde las expectativas apremian, todo debe acelerarse. Te lo contamos en el anterior artículo “Nuevas prácticas inmobiliarias”: el entorno está cambiando y con él los métodos. Retomamos dos conceptos básicos para acelerar los procesos.
Construir fuera de sitio ahorra tiempo
El hallazgo no es nuevo: faltan viviendas y es necesario construir más. Pero la construcción lleva tiempo y es – cada vez más – costosa. Por ello, ha llegado el momento de revolucionar las prácticas: hay que introducir los métodos de industrialización dentro del sector inmobiliario. Y es que la industrialización ahorra tiempo, especialmente con la construcción fuera del sitio o lo que es lo mismo: viviendas prefabricadas. Hoy en día, las casas prefabricadas permiten reducir los tiempos de entrega en un 50% (fabricación y montaje). Por ejemplo, el montaje de algunas viviendas puede realizarse hasta en cuatro horas. Es cierto que, en estos casos, se trata de casas pequeñas, pero para viviendas de tamaño estándar el montaje puede llevar tan solo unos días. De hecho, considerando que alrededor del 80% de la casa está construida industrialmente, el tiempo ahorrado es considerable.
Estas casas, a menudo de madera, cumplen varios de los requisitos del mercado. En Estados Unidos hay una docena de actores que actualmente construyen casas prefabricadas, como Katerra, mientras que en Singapur se trata de una práctica muy común. El PPVC (construcción volumétrica prefabricada preacabada) seduce e incluso empieza a ser necesario, porque más allá de ahorrar tiempo, también responde a una necesidad de calidad y reducción de residuos. Se trata de casas sostenibles de mayor durabilidad. Es decir, estas construcciones cumplen con los requisitos mínimos de respeto al medio ambiente, dado que se construyen a partir de materiales bajos en carbono. Además, la tasa de residuos se sitúa alrededor de un 2% en comparación al 20% que produce la construcción tradicional. Asimismo, la vivienda o edificio está completamente diseñada y representada previamente de manera digital, antes de lanzarse a producción. Esto permite que se puedan evaluar los riesgos y, a su vez, optimizar la construcción en términos de tiempo, pero también de seguridad.
Si bien el mercado español todavía no apuesta demasiado por esta innovación, a nivel mundial el mercado de la prefabricación de viviendas está creciendo entre un 25 y un 30% al año, síntoma de que el mundo inmobiliario se acelera.
El blockchain agiliza el intercambio de información
Blockchain es un concepto que se usa para hablar del almacenamiento e intercambio de información de manera segura y transparente. Originalmente utilizado para bitcoin y otras monedas digitales, este método a irrumpido en el sector inmobiliario para realizar transacciones y ha venido para quedarse. Se trata de una cadena de bloques cifrada y distribuida, es decir, no centralizada, lo cual permite que las transacciones se realicen sin intermediarios y de manera segura.
Pero, ¿qué ventajas tiene dentro del sector inmobiliario? Básicamente que permite que todos los datos se puedan trazar y compartir de manera segura. La aplicación de esta tecnología dentro del inmobiliario impacta en toda la cadena de valor, desde la valorización del suelo hasta comercialización y la entrega, pasando por pasos previos como el diseño y la construcción de la promoción. Y es que más allá de la transacción financiera, el blockchain también ofrece otras ventajas. Todos los documentos, escrituras notariales y mandatos para títulos de propiedad se digitalizan gracias al registro y mediante esta tecnología. Por lo tanto, serán accesibles en cualquier momento, como cualquier otro contrato inteligente. Asimismo, ofrece la posibilidad de acceder a la información de manera confiable y transparente, lo cual ayuda a prevenir el fraude.
El blockchain, sin duda, da un valor añadido, mejora la experiencia del cliente y mejora la digitalización durante la compra de la vivienda. Esta tecnología será clave en los próximos años y permitirá avanzar en la revolución tecnológica del sector, un hecho ya imparable.